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El
Austral de Valdivia, Lunes 8 de noviembre de 2004
¿Por qué mueren los cisnes?
Connotados
investigadores trabajan para saber qué ocurre con las aves
más emblemáticas del paisaje valdiviano. Los cisnes
de cuello negro no anidaron este año, muchos vagan con daño
neurológico y otros simplemente mueren buscando alimento.
Isabel
Mayorga
El
calor de las elecciones municipales desvió un poco la atención
pública y el problema que se registra en el Santuario de
la Naturaleza con los cisnes de cuello negro salió de la
agenda.
Pero,
esa falta de atención mediática no disminuyó
el trabajo de los científicos que investigan -aún
sin ningún respaldo económico oficial- las razones
de la mortandad y extraño comportamiento de las hermosas
aves.
En
esta primavera, los cisnes no se quedaron en el río Cruces
de Valdivia; emigraron sin causa aparente hacia el Calle-Calle,
la laguna Santo Domingo, Angachilla, Mehuín, Queule y Lago
Ranco. También cambiaron su conducta reproductiva y algunos
de ellos aparecieron vagando con síntomas de daño
neuromotor, eso sumado a un aumento en la muerte de especímenes
registrado desde marzo en adelante.
La
situación fue alertada entonces por Luis Miranda, guardafauna
del Santuario, quien encontró el primer cadáver. Ahora,
basado en la experiencia adquirida durante 23 años en terreno,
cree que si no se realizan acciones de salvataje los cisnes abandonarán
definitivamente el Santuario.
HIPOTESIS
Los especialistas del Instituto de Zoología de la Universidad
Austral de Chile, Roberto Schlatter y Eduardo Jaramillo entre otros,
señalan que existen hipótesis para explicar los patrones
observados, las cuales deben ser validadas objetivamente a través
del método científico, por medio de una investigación
sistemática y multidisciplinaria.
En
la primera, sobre el desplazamiento y cambios en la conducta reproductiva,
Schlatter señala que un eventual aumento en la población
de cisnes dentro del Santuario en el pasado reciente, podría
haber ocasionado la disminución y pérdida del recurso
alimentario (luchecillo) por sobreforrajeo. Esto habría interrumpido
el ciclo vegetativo de esas plantas, desestabilizando así
la cadena alimentaria de estas aves.
Una
segunda hipótesis se relaciona con la posibilidad de que
exista una eventual contaminación química en el área
del Santuario. Esta podría haber afectado al luchecillo,
disminuyendo sus coberturas y afectando el estado nutricional de
los cisnes y por ende su reproducción, ya que estos consumen
primariamente esta planta.
Eduardo
Jaramillo señala que para poder comprobar la segunda hipótesis
es necesario medir la concentración actual de metales pesados
y compuestos orgánicos persistentes en las plantas. Tales
mediciones debieran realizarse en áreas del Santuario de
la Naturaleza y en el sistema estuarial adyacente a Valdivia. Esto
permitiría así conocer el estado en que se encuentran
aquellas plantas más alejadas del Santuario. Es lo que en
protocolos experimentales se denomina control.
DAÑO NEUROMOTOR
Respecto al daño neuromotor sufrido por algunos cisnes, las
teorías indican que fueron afectados por dos causas: contaminación
química al ingerir la planta del luchecillo o la existencia
de agentes patógenos de origen viral o bacteriano.
Si
bien hasta ahora no se ha obtenido resultados de las muestras de
sedimento, sustrato donde se asientan las plantas, solicitadas por
el Servicio Agrícola y Ganadero, Sag, y que permitirían
comprobar si existe o no contaminación química en
el área del Santuario ocupada por los cisnes; se espera que
en el corto plazo los análisis encargados al Instituto de
Química de la Uach permitan diseñar protocolos de
muestreo más completos, tendientes a aceptar o rechazar la
idea de contaminantes químicos.
En
cuanto al agente viral, el Sag e integrantes de la Agrupación
por un Ambiente Saludable (Agrupas) ordenaron necropsias y análisis
histopatológicos en la Facultad de Ciencias Veterinarias
de la Uach, en busca de algún agente patógeno. Aún
no se conocen los resultados.
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