Cacería


Las aves rapaces cazan de dos modos: la captura en vuelo y la captura en el suelo. Según estas estrategias se adaptan sus alas y tipo de vuelo, considerando siempre, que el mejor estilo de caza será el que rinda el mayor alimento con el menor gasto energético posible, terminando por preferir presas débiles, heridas o viejas, lo que es altamente probable en estrategias de caza prolongada y menos probable en ataques por sorpresa.

Las aves rapaces cazan de dos modos: la captura en vuelo y la captura en el suelo. Según estas estrategias se adaptan sus alas y tipo de vuelo, considerando siempre, que el mejor estilo de caza será el que rinda el mayor alimento con el menor gasto energético posible, terminando por preferir presas débiles, heridas o viejas, lo que es altamente probable en estrategias de caza prolongada y menos probable en ataques por sorpresa.

Alas y tipos de vuelo

Las rapaces diurnas presentan un plumaje duro y compacto para asegurar un vuelo rápido, en cambio las rapaces nocturnas presentan un plumaje suave adaptado a vuelos silenciosos.

:: Vuelo planeado y vuelo a vela (águilas)::

Las rapaces grandes poseen alas largas y anchas para vuelos planeados y vuelos a vela, como el águila de pecho negro, volando a gran altura y describiendo amplios círculos aprovechando las corrientes de aire ascendentes hasta llegar a cierta altura para desplazarce por extensas áreas en busca de presas.

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:: Vuelo batido, muy rápido en distancias cortas (peuquito)::


Las especies que usan estas técnicas no necesitan cazar en áreas despejadas con vuelos extensos y largos. Para capturar presas en ambientes arbolados requieren de vuelos cortos, poderosos y rápidos, cazando en el menor espacio posible. Esta alta maniobrabilidad exige musculatura alar fuerte, con alas cortas, redondeadas y una cola larga. El peuquito requiere de una posadera para observar y seleccionar su presa y desde allí atacar, ya sea un ave en vuelo o un pequeño mamífero en el suelo.


:: Vuelo con fuertes picados (Hacones, Cernícalo) ::

Los halcones han desarrollado adaptaciones para un vuelo muy feroz.Poseen un cuerpo aerodinámico, con alas en punta para capturar con eficiencia aves en vuelo. Su técnica de captura comienza con la posición cero, posado en un alta roca o en pleno vuelo desde allí detecta su presa y se lanza en vuelo picado con las alas casi cerradas y con esporádicos batidos alares que le hacen aumentar, más aun, su velocidad (algunas especies llegan a 320 kilómetros por hora). En la tercera fase, normalmente con el viento en contra, se localiza y ataca a la presa por detrás, en su ángulo visual muerto.

:: Vuelo batido estacionario (milano bailarín) ::

Algunas especies como el milano bailarín (Elanus leucurus) que caza en zonas más bien abiertas y extensas, se mantiene en el aire con un vuelo estacionario que le exige mucha energía, quedando suspendido en el aire al batir muy rápidamente sus alas contra el viento y desplegando completamente su cola. Desde esta posición localiza sus presas para lanzarse en picada en su contra.

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Picos

Tienen formas ganchudas para penetrar los músculos de las presas como cuchillos y los bordes cortantes trozan la carne empujada por la mandíbula. Varias especies de la familia Accipitridae (águilas, peuquito) no emplean el pico para el ataque, ya que su punta curvada y sus bordes muy afilados los emplea para el desplume y despedazamiento de las presas. En cambio especies de la familia Falconidae (halcones) usan el pico para rematar las presas de un violento picotazo en la nuca que daña letalmente la columna vertebral. En el orden Strigiformes (búhos y lechuzas) existen diferencias, la lechuzas (Familia Titonidae) presentan un pico más bien recto y alargado y los búhos (Familia Strigidae) y un pico curvo y corto.

Patas

Las rapaces diurnas tienen los dedos, usualmente, sin plumas, con tres dedos hacia delante y uno hacia atrás (salvo en el águila pescadora). Las rapaces nocturnas tienen patas con dedos emplumados y con el cuarto dedo móvil y orientado hacia atrás. Las patas son muy fuertes y pueden desplegar un zarpazo con una potencia equivalente al cerrado de las garras al atrapar una presa.


El águila pescadora tiene un tarso corto, con dedo externo oponible yescamas rugosas en las yema de los dedos para sujetar presas resbalosas como los peces; sus garras son largas y muy curvadas. Las especies que capturan otras aves (halcones) poseen tarsos y dedos delgados y largos, para atrapar y agarrar, con garras muy curvadas y filosas, dotadas, en el extremo del dedo, de callosidades para optimizar el agarre. Las águilas, que comen presas mayores tienen tarsos y dedos cortos y robustos, con garras curvadas y largas. Varias de estas especies de rapaces matan a sus presas con las garras, empleándolas como verdaderas tenazas que atrapan y matan.

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Visión

Adaptaciones especiales: a) ojos grandes y agudamente curvados, para captar una gran área de luz, en algunas especies sus ojos pesan más que su cerebro. b) las lentes están distantes de la foveas, permitiendo visión telescópica. c) retina altamente dotada de células sensoriales, especialmente de conos sensibles al color en ambas foveas, obteniedo muy alta resolución en la imagen retiniana. d) múltiples conexiones nerviosas para una visión binocular para percibir relieves y distancias, lo que sumado a la superposición de imágenes, en el cerebro del ave, les permite recibir una imagen amplificada. e) fuertes músculos que dirigen la apertura de las pupilas, los movimientos precisos del globo ocular y la curvatura de las lentes; todo esto para un enfoque preciso, un ajuste veloz y gran adecuación a diferentes intensidades luminosas. Las aves rapaces nocturna disponen, además, de adaptaciones para la visión nocturna, con grandes pupilas circulares para captar los dispersos rayos de luz.

Los imprescindibles ojos de las aves rapaces, especialmente en las diurnas, están protegidos por robustos arcos superciliares (que le confieren un aspecto feroz) y una membrana nictitante transparente (tercer párpado) que se cierra de arriba a abajo, al revez que en otras aves. Todo esto les permiten mantener a cubierto sus ojos ante eventuales riesgos en los ataques a sus presas.

Las lechuzas ven perfectamente de día y de noche, por lo que más que buena visión posee una estructura en el ojo que les permite orientarse, aún con muy poca luz y por sobre todo con su oído muy desarrollado. Mejoran, más aún, él calculo de profundidad con movimientos laterales de sus cabezas, lo que les permite ver el objeto desde diferentes y varios ángulos. Sus ojos son alargados, esto se debe a que sus córneas y lentes están muy agrandados, lo que hace perder esfericidad al globo ocular y por consiguiente impide que los ojos puedan girar dentro de sus cuencas. Compensan esta inmovilidad ocular torciendo la cabeza para orientar los ojos al objetivo, pudiendo realizar giros de hasta unos 270º. Esta gran movilidad de la cabeza es muy útil para la orientación acústica. Otra adaptación a la penumbra es la enorme dilatación que sufre la pupila, hasta el extremo que puede hacer desaparecer el iris. Por el contrario cuando fluye luminosidad la pueden contraer poderosamente.

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Audición

Poseen un agudo oído, especialmente las rapaces nocturnas que se caracterizan por una orientación acústica, a diferencia de las rapaces diurnas, que están adaptadas a una orientación básicamente visual.

En los buhos y lechuzas todos los sonidos son recibidos, en primer término por el disco facial, una disposición particular de plumas muy densas y cortas íntimamente conectadas entre sí y dispuestas alrededor de los ojos, actuando como verdaderas antenas parabólicas que orientan los sonidos hacia los oídos. A falta de un pabellón auditivo, propiamente tal, poseen aperturas auditivas dotadas de un pliegue de piel denominado el halda pleaural. Esta estructura puede moverse a voluntad del ave. En algunas especies hay asimetría en los oídos, disponiéndose uno mas alto que el otro de tal forma que pueden localizar con gran precisión el sonido que emite la presa y capturarlo, aún en la más completa oscuridad. La secuencia de captura es la siguiente: a) el ratón hace ruido, b) la lechuza orienta disco facial hacia la presa, c) un oído (el más cercano al sonido en el plano horizontal) lo percibe antes que el otro, d) el cerebro calcula su posición en este plano, e) un oído lo percibe primero, ahora en un plano vertical, por la localización asimétrica de sus oídos, f) el cerebro localiza el sonido en tres dimensiones, g) la lechuza alza el vuelo y se lanza tras la presa, h) si el ratón se mueve el cerebro hace los ajustes inmediatamente, i) la lechuza ubica sus patas hacia delante y las cierra donde calculó que estaba el ratón, j) dispone sus patas hacia delante y las cierra rápidamente en el lugar previamente calculado. Esta habilidad para localizar sonidos es conocida como "escucha direccional".

Para que esta técnica funcione el ave necesita silencio para escuchar y silencio para sus alas no emitan ruido que alerten a su presa. Para lograr esto posee una adaptación en sus plumas que cuentan con un diseño desflecado y acolchado, que reduce notablemente la fricción entre las plumas al batir las alas y el sonido del aire al ser "cortado" por las alas.

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Vocalizaciones

Las aves emplean las vocalizaciones para expresar distintas estados anímicos, tales como miedo, alarma, enojo, etc. De este modo cada especie cuenta con un repertorio de señalizaciones acústicas bien definidas. Las vocalizaciones pueden separarse en dos tipos: las llamadas de reclamo y el canto verdadero. En las aves rapaces son relevantes el primer grupo y tienen como objetivo transmitir diferente tipo de información. Las vocalizaciones de llamado corresponden a sonidos breves de estructura acústica simple, sin un patrón definido y compuesto de no mas de dos sílabas. Por este motivo las aves rapaces no poseen cantos que están estructurados por notas seriadas, largas y armoniosas emitidas en claras secuencias y patrones definidos.

Escuchar vocalizaciones de aves diurnas

Vocalización de un Peuco
Vocalización de un Aguila Pescadora


Escuchar vocalizaciones de aves nocturnas

Vocalización de un Nuco
Vocalización de un Lechuza


Mimetismo

Las aves rapaces nocturnas han desarrollado adaptaciones para no ser percibidas durante el día. La primera es un diseño mimético del plumaje con el ambiente donde viven, café a grises en ambientes boscosos, tonos más claros en espacios abiertos y tonos ocres en ambientes desérticos. Otra adaptación es poseer "fases" de coloración. Los penachos son plumas en la cabeza para difuminar la redondez y simularse con las ramas de los árboles, tal es el caso del tucúquere (Bubo magellanicus) y sus singulares "orejas".

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Las egagrópilas

El funcionamiento del aparato digestivo difiere según la dieta, y en las rapaces el alimento permanece menos tiempo en el buche que en el de las aves granívoras; pasando muy rápidamente a la molleja, sección donde la presa es triturada por el estómago muscular separándose las porciones digeribles de las indigeribles. Estas últimas están compuestas de tegumentos como pelos, uñas, plumas, culmenes y huesos. Todos estos elementos no digeribles son acumulados en un bolo denominado egagrópila que el ave expulsa mediante un movimiento peristáltico negativo del esófago, el que es estimulado por la acidez que produce la ausencia de alimento, especialmente de proteínas y grasas.

:: EGAGROPILAS DE DIFERENTES ESPECIES DE AVES RAPACES ::

Pequén (Athene cunicularia)
Aguilucho variado (Buteo polyosoma)
Lechuza blanca (Tyto alba)

Las rapaces nocturnas, en general expulsan una egagrópila después de cada alimento y las rapaces diurnas pueden acumular más de una ingesta antes de expulsar la correspondiente egagrópila. Los tucúqueres (Bubo magellanicus) regurgitan una sola egagrópila, al atardecer, que contiene el alimento ingerido la noche anterior.


Cráneos de roedores


Egagrópilas como fuente de información

Las egagrópilas han sido una importante fuente de información al punto que gran parte de la ecología trófica conocida se debe a los aportes de esta fuente. El análisis de las egagrópilas, como técnicas de estudio de micromamíferos, es ahora más relevantes que nunca ya que no siempre es posible disponer de trampas y equipo para muestrear micromamíferos, ya sea por los costos o por el riesgo de contagio con Hantavirus.

Las aves rapaces nocturnas no trituran sus presas como las diurnas, por lo que la identificación de los restos indigeribles es más fácil ya que los cráneos, muchas veces están en muy buenas condiciones.

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Centro de Estudios Agrarios y Ambientales (CEA)- Valdivia